Hace muchos años que concurrimos a este lugar cuando deseamos reunirnos con familia y amigos de buen diente y gustos variados ya que los platos son abundantes y la variedad de la carta increíble.
El ambiente es muy familiar con mozos de oficio atentos a los comensales.
De entrada, ordenamos rabas y calamares para compartir. Los platos principales variaron entre conejo a la cazadora, suprema Maryland, canelones a la Rossini, fideos de espinaca caseros y matambrito a la napolitana. ¡Todos estuvieron muy buenos!
En esta oportunidad no pedimos postre porque quisimos hacerle honor a la torta de cumpleaños. En otras ocasiones hemos compartido flanes super caseros, panqueques, helados y el típico Don Pedro.
Como siempre está lleno, en especial los fines de semana, es conveniente hacer una reserva previa.
Es ideal para ir en grupo, pedir variado y compartir los platos. Buena relación precio/calidad.
Un comentario adicional, como es algo ruidoso no lo recomiendo para conversar o una salida romántica.
