El viernes pasado nos reunimos “las chicas del Pelle”. Un
grupete de ex alumnas que matizamos nuestros encuentros entre recuerdos,
noticias, sugerencias, cosas ricas para comer y beber y que organizamos con el
cariño de siempre, incrementado por el trascurso de los años.
Finalizada la reunión lo llamo a Ricardo y pregunto: ¿Qué
vamos a cenar? El no tenía ganas de cocinar y yo menos. ¿Qué te parece si vamos
a comer algo cerca de casa? me sugiere. Enseguida adherí a la propuesta.
Fuimos a un bodegón, de esos que tanto nos gustan, en la
esquina de Venezuela y Sarandí, La Brochette. Esta parrilla es administrada por una familia: el padre es el asador y la madre y las hijas trabajan como mozas. Muy conocido y frecuentado por la gente del barrio, lo mejor es llamar para reservar y evitar tener que esperar que se desocupe algún lugar
Un detalle que me encanta: los platos de cerámica están pintados y son todos diferentes. Cada uno tiene un motivo original y único. La parrilla está ubicada en el centro del local y a la vista de todos.
La relación precio calidad es muy buena, la carne a la parrilla es el fuerte de este lugar, aunque también hay otras opciones como pastas o ensaladas. Los postres caseros son muy buenos en especial el flan.
Un detalle que me encanta: los platos de cerámica están pintados y son todos diferentes. Cada uno tiene un motivo original y único. La parrilla está ubicada en el centro del local y a la vista de todos.
La relación precio calidad es muy buena, la carne a la parrilla es el fuerte de este lugar, aunque también hay otras opciones como pastas o ensaladas. Los postres caseros son muy buenos en especial el flan.