Que lo disfruten
Se encendió la fogata. Me quedo mirando extasiado cómo crepitan las llamas, cómo suben y bajan en una danza rítmica. El fuego me apresa en su juego de calor y color. Siento el olor del eucalipto que inunda la noche mientras las estrellas se asoman entre las nubes de una oscuridad calma, armoniosa y plácida.
Al mismo tiempo el contraste de otro fuego me atrapa. Uno que arde con furia y cuyas llamas bailan una danza frenética peleando por escapar, por respirar el oxígeno que las alimenta, que las aviva hasta volverse incontrolables. Un momento eterno y arrollador me ahoga y desencadena en mí una escalada que pareciera imposible de frenar. Este otro fuego me espanta, me atormenta. Mi rostro enrojece, mis ojos brillan encendidos. Permanezco inmóvil sintiendo cómo me arrasa y devora. Fuego contenido desde hace tanto tiempo que ya ni recuerdo, retenido por temor a la imposibilidad del retorno, por terror a la explosión, al descontrol, al delirio.
El cielo se cubre de nubes, el viento y el fuego entablan una lucha feroz. Súbitamente una lluvia intensa y fría cae implacable, se oyen los truenos y los relámpagos encienden la noche. El frío del agua choca con mi cuerpo hirviendo y me alivia. Me estremezco por el contraste. La fogata se va extinguiendo bajo el agua. Lentamente recupero el control, mientras los fuegos se apagan. Una vez más puedo dominarlo y escapar de la locura.
Al mismo tiempo el contraste de otro fuego me atrapa. Uno que arde con furia y cuyas llamas bailan una danza frenética peleando por escapar, por respirar el oxígeno que las alimenta, que las aviva hasta volverse incontrolables. Un momento eterno y arrollador me ahoga y desencadena en mí una escalada que pareciera imposible de frenar. Este otro fuego me espanta, me atormenta. Mi rostro enrojece, mis ojos brillan encendidos. Permanezco inmóvil sintiendo cómo me arrasa y devora. Fuego contenido desde hace tanto tiempo que ya ni recuerdo, retenido por temor a la imposibilidad del retorno, por terror a la explosión, al descontrol, al delirio.
El cielo se cubre de nubes, el viento y el fuego entablan una lucha feroz. Súbitamente una lluvia intensa y fría cae implacable, se oyen los truenos y los relámpagos encienden la noche. El frío del agua choca con mi cuerpo hirviendo y me alivia. Me estremezco por el contraste. La fogata se va extinguiendo bajo el agua. Lentamente recupero el control, mientras los fuegos se apagan. Una vez más puedo dominarlo y escapar de la locura.