La obra transcurre en un día en la vida de dos amigos que comparten un departamento.
Ambos son seres desanimados que viven sin propósito pasando las
horas frente al televisor. Sin embargo
uno de ellos, Ivan Esquerre, un día dice basta y decide cambiar ese destino. El
otro, Gonzalo Suarez, trata de explicarle que no vale la pena, que los seres
humanos estamos predestinados por el lugar donde nacemos, por el nombre, por
las circunstancias.
Una comedia delirante, donde ambos actores se lucen en
personajes encendidos por la pasión de demostrarle al otro su punto de vista.
Una obra ágil, entretenida, que no decae en ningún momento.
Difícil por el volumen de texto que debieron memorizar y lo hacen de manera impecable
con la excelente dirección de Néstor Montalbo.
Muy recomendable para divertirse y pasar un buen rato.